viernes, 6 de diciembre de 2013

PRAGA - Día 4

23/11/2013

Después de desayunar, un poco más tarde que ayer, hemos ido directamente al Puente de Carlos para ir al otro lado de Praga. Es muy bonito, con muchas esculturas a ambos lados y con el suelo de piedra. Te puedes imaginar fácilmente carros y carruajes tirados por caballos de hace años y señoriting@s trajeados y peripuestos paseando por allí.




Una vez llegas a la otra orilla, de lo primero que te encuentras es la iglesia de San Nicolás, que la hemos pasado así un poco de largo. No es de lo que más me ha gustado de la ciudad.



Y después queríamos ir al castillo y veeeenga parribaaa... Con las calles todas de piedra que ya parecía que te iban a perforar las suelas de los zapatos. Por fin, tras tanto subir, llegamos al castillo y había mucho ambientillo y una banda muy guay tocando en la calle música de un estilo... mm... ¿cómo definirlo? Así como de la corte.




En la entrada del Castillo nos han sorprendido las dos esculturas un poco macabras. Un tipo cachas con una porra de dimensiones considerables apaleando a otro y, otro señor también fuertecito con una especie de espada/pincho a punto de cargarse a alguien.


En fin, que hemos entrado y.. ¡PUM! La Catedral de San Vito in our faces. Impresionante, y por dentro más aún. Es enorme, altísima y con unas vidrieras preciosas con colores increíbles.






Después hemos visto el antiguo palacio real. Lo más bonito, el gran salón dónde se celebraban los bailes y, lo más interesante, ver las ventanas dónde tuvo lugar una de las defenestraciones d Praga.


La Basílica de San Jorge, muy pequeñita y con un Sant Jordi en el altar.



Y por fin llegamos al Callejón del Oro o la Calle de los Alquimistas, que era la calle dónde vivían los trabajadores del castillo. Se decía que mucha de esta gente eran alquimistas, por eso el nombre. Me ha gustado mucho aunque está muy enfocado a los turistas, lleno de tiendas de souvenirs. Se pueden ver las mini casitas en las que vivía la gente, muy coloridas. Una lástima que estuviera tan llenísimo de gente, no he podido hacer las fotos que me hubiera gustado. Un dato importante es que en el nº 22 de esta calle vivió Franz Kafka durante un tiempo. También se dice que Rodolfo II instaló en esta calle a sus alquimistas que intentaban descubrir para él la fórmula para convertir metales en oro y el secreto de la vida eterna.




Después hemos vuelto a la otra orilla para ver el Teatro Nacional y un edificio moderno muy raro que no pega nada en la ciudad.



Como a las 17h teníamos entradas para un concierto en la calle Karlova y aún quedaba un rato, hemos descansado tomando un capuchino por allí cerca. El lugar del concierto era precioso. Eran dos violines, una viola, un chelo y un órgano. Se me ha puesto la piel de gallina y hasta me he emocionado. Esta gente se nota que viven y sienten la música que tocan. La violinista lloraba mientras estaba tocando y eso transmite mucho. He salido de allí muy contenta y con ganas de más.

Antes de ir al siguiente concierto nos hemos tomado una cerveza por 0.89€ y un hot dog por 0.70€, increíble.

El siguiente concierto era en la iglesia de Nicolás, en la Plaza Vieja, al lado del Reloj Astronómico. Esta vez era una orquesta con un trompetista y una mezzosoprano. Ha sido impresionante también. Lo malo de esta iglesia era que hacía mucho frío y yo he acabado pajarito.

Al terminar, como no, Guille tenía hambre... Y al final, como hacía mucho frío, he decidido comer algo y ha sido una crepe de chocolate enooooorme que, por cierto, no me he podido acabar. Sí, se la ha acabado Guille... xD

A las 21h ya estábamos muertos y hemos vuelto al hotel a descansar para mañana que tenemos excursión!

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